1 de septiembre de 2008

Parálisis Cerebral

La parálisis cerebral es una de las discapacidades infantiles más comunes. Es un trastorno permanente que afecta a la psicomotricidad y no tiene cura conocida. El acercamiento a esta discapacidad infantil se enfoca en el tratamiento de los niños y niñas afectados, a través de la intervención médica y tratamientos existentes para el desarrollo personal. Los tratamientos se introducen en la vida diaria del niño o niña y se realizan en el transcurso de toda su vida. Si la persona afectada recibe una atención adecuada que le ayude a mejorar sus movimientos, le estimule su desarrollo intelectual, le permita desarrollar el mejor nivel de comunicación posible y estimule su relación social; podrá llevar una vida plena.

Los niños y niñas que presentan parálisis cerebral además de la dificultad motriz pueden presentar problemas expresivos y receptivos de la comunicación, ya sea por la afectación del lenguaje, el habla, la voz y todos los sistemas que posibilitan la comunicación humana. Estos problemas hacen que las personas con parálisis cerebral queden relegadas a un segundo plano en los procesos de socialización y de manifestación de sus necesidades básicas (Marchesi, 1999, pp. 311-316).

Es por medio del lenguaje que se construye el mundo que nos rodea y el significado que se le da al mismo para que adquiera sentido la vida. En el caso de niños y niñas con parálisis cerebral emergen varias situaciones que perturban la comunicación, como ser la alteración de la capacidad de entender a los otros y de expresarse a si mismo, así como participar en el desarrollo creativo de significado con otros; que es la base de la interacción humana. Otra situación en la que se dificulta y empeora la interacción se da debido a las limitaciones para manejar otros sistemas de comunicación distintos del oral. También se altera la capacidad de conectar el referente con sus significados, por lo tanto la capacidad de generar y entender el mundo. Finalmente se puede alterar la capacidad de manifestar deseos y manifestar intencionalidad (Castro Rebolledo, 2006, pp. 2-3).

Cuando el niño o niña comienza la escuela y en los años de la adolescencia empiezan los grandes desafíos que pueden llegar a ser problemáticos. Al culminar los años de escuela algunos de los servicios de apoyo ya no están a su disposición y empiezan la vida adulta sin la seguridad de la escuela y con un futuro incierto. Para dar respuesta a esta problemática se necesita brindar al niño o niña estrategias para sobrevivir en el mundo exterior haciendo hincapié en su desarrollo integral.

Intervención educativa en Parálisis Cerebral

El educando con necesidades educativas especiales debe participar en su proceso de enseñanza y aprendizaje junto con sus compañeros para reforzar estrategias de enseñanza colaborativa y de autoinstrucción. Debe construir su propio conocimiento de la realidad (Lou Royo, 1998, p. 53).

La intervención educativa en niños y niñas con parálisis cerebral debe centrarse en estrategias que lleven a la socialización, un desarrollo autónomo, un aprendizaje colaborativo y significativo mediante la instauración de actitudes positivas. En el área de comunicación se debe reeducar el habla y controlar los movimientos de respiración y bucofonatorios. Se debe también propiciar movilidad y autonomía personal a través de la intervención flexible y adaptada a la persona, familia y el centro. Se debe motivar al niño o niña con parálisis cerebral proveyendo la mayor cantidad de experiencias posibles.

Otros aspectos a tomar en cuenta son en el área de desarrollo intelectual, la intervención dirigida a ejercitar habilidades que pueda el niño o niña tanto en el aula como en sus hogares con colaboración de la familia. En el área de socialización es importante desarrollar el lenguaje al máximo para poder estimular destrezas y habilidades ayuden a conseguir hábitos adaptativos y de autonomía (Lou Royo, 1998, pp. 243-247).

Dada la variedad de manifestaciones de la parálisis cerebral, son muchas las formas como puede alterarse la comunicación, por lo tanto, no hay un abordaje único para su evaluación y mucho menos para su intervención. Esto es muy importante, ya que hay que partir del hecho de que los niños con parálisis cerebral no constituyen un grupo homogéneo.

Los objetivos de la intervención educativa en los alumnos con PC deben ir dirigidos a proporcionar la máxima autonomía personal, medios de expresión adecuados que le permitan la comunicación, aprendizajes básicos que le permitan alcanzar la máxima normalización, favorecer el bienestar, la salud y la seguridad, tanto física, como mental y social, compensar los déficit, estimular la autoestima y el sentimiento de autoeficacia, y aumentar los contactos sociales. También debe ser altamente individualizada, realista, utilitaria y práctica, coherente con el resto de las de intervenciones, y sobre todo compartida por la familia (Badía Cordella, 2001).

Deficiencias asociadas a la Parálisis Cerebral

Según el tipo de parálisis cerebral, la lesión de la misma puede afectar varias funciones como ser la de lenguaje, audición y visión. También puede afectar el desarrollo mental, la personalidad, ocasionar trastornos de atención, perceptivos y epilepsia.

Con respecto al lenguaje, afecta la forma de expresión como ser la mímica, los gestos y la palabra ya que los movimientos finamente coordinados se ven afectados. Muchas veces los reflejos de succión, deglución, mordedura y náusea no son suficientes para realizar su función o son exagerados. Los espasmos en los órganos de respiración y el órgano fonatorio llevan a dificultades en el lenguaje expresivo y posteriormente en la producción de palabras.

Los trastornos auditivos se dan a causa de la ictericia neonatal, viriasis del sistema nervioso central, secuelas de meningoencefalitis y encefalopatías post-rubeola materna. Estos problemas auditivos dificultan la transmisión y percepción del sonido que llevan problemas con fonemas silbantes y sordera de sonidos que no se pronunciarán, omitirán, sustituirán o pronunciarán de una manera incorrecta.

Los trastornos visuales provocan una coordinación insuficiente en ambos ojos y un desdoblamiento de la imagen provocado por un trastorno de la motilidad, de la agudeza visual y del campo o de la elaboración central.

Los trastornos del desarrollo mental no afectan siempre a la inteligencia.

Con respecto a los trastornos de la personalidad se sabe que los niños y niñas con parálisis cerebral son muy sensibles y manifiestan poca voluntad a la hora de actividades físicas debido al esfuerzo que las mismas les exigen.

Los trastornos de la atención están relacionados con la dificultad que tienen los niños y niñas con parálisis cerebral en mantener la atención con tendencia a la distracción y reacciones exageradas ante estímulos insignificantes.

Por último, los trastornos de la percepción implican problemas sensoriales que condicionan la percepción. Esto repercute en la elaboración de esquema perceptivo en cuanto a su esquema corporal, orientación y estructuración espacio-temporal y lateralidad (Bautista, 1993, pp. 298-301).

Clasificación de Parálisis Cerebral

Parálisis Cerebral:

  • Según los Efectos Funcionales
    PC Espástica
    Causada por una lesión en el haz piramidal que ocasiona el incremento marcado del tono muscular que pueden ser contracciones musculares que existen en reposo o que aparecen o se refuerzan con esfuerzo o la emoción.
    PC Atetoide
    Causada por una lesión en el haz extrapiramidal que ocasiona la dificultad en el control y la coordinación de los movimientos voluntarios.
    PC Atáxica
    Causada por una lesión en el cerebelo que ocasiona la alteración del equilibrio y la precisión de los movimientos.
  • Según la Topografía Corporal
    Paraplejía
    Cuando existe una afectación grave en las dos piernas.
    Tetraplejía
    Cuando existe una afectación grave en los miembros superiores e inferiores.
    Monoplejía
    Cuando existe una afectación grave en una extremidad.
    Hemiplejía
    Cuando existe una afectación grave de un hemicuerpo.

(Según Marchesi, 1990)


Causas de la Parálisis Cerebral

Las causas de la parálisis cerebral son variadas y complejas. Un 50% de las parálisis cerebrales tienen su origen en una lesión cerebral prenatal como ser en el caso de las infecciones intraútero, intoxicaciones, exposición a radiaciones y toxemias. Otro porcentaje significativo de parálisis cerebral se debe a causas perinatales incluyendo la hipoxia o anoxia, prematuridad asociada con hemorragia intraventricular, traumatismos mecánicos del parto y el desprendimiento placentario prematuro. Por último, un porcentaje menor se debe a causas postnatales incluyendo la incompatibilidad sanguínea materno-fetal, encefalitis y meningitis, problemas metabólicos, lesiones traumáticas del cráneo y la ingestión de sustancia tóxicas como el plomo.

Todas estas causales llevan a un cuadro clínico del niño o niña con parálisis cerebral complejo dependiendo a la localización de la lesión en el sistema nervioso (Bautista, 1993, pp. 295-297).

¿Qué es Parálisis Cerebral?

La parálisis cerebral es un conjunto de afecciones que se caracterizan por la disfunción motora, es decir que afecta directamente a la psicomotricidad del niño o niña. Es considerada un daño encefálico no progresivo ya que puede afectar la audición, la visión o el habla entre otros, como también a la intelectualidad del sujeto. La parálisis cerebral acarrea problemas del lenguaje, auditivos, visuales, cognitivos, de personalidad, atencionales, de percepción y de socialización (Bautista, 1993, pp. 295-302). Es una lesión irreversible que implica atención individualizada, rehabilitación física y educación especial (Marchesi, 1999, pp. 303-305).